La biblioteca infantil... existe!

Me alertó de su existencia mi amiga Laura. Y me dije: ¿cómo no me habré enterado antes de que los más peques también tienen biblioteca? Supongo que no lo piensas hasta que tienes un hijo. Es  entonces cuando un buen día llega el momento en el que necesitas buscar algún plan alternativo que no sea siempre pasear.

Pues eso, que los niños de Castro disponen de un sitio para adentrarse en lectura ( y también hacer los deberes ) en la segunda planta del Edificio Royal. En principio y según las normas está dirigida a peques  de entre 3 y 12 años. Pero según me ha informado la bibliotecaria ( majísima , por cierto ) los menores de esa edad también pueden estar si lo hacen acompañados de un mayor, como es lógico.

Para mi sorpresa es una salita acogedora, que tiene varios ambientes. Aquí os dejo una vista general para que os hagáis una idea.

La primera de las zonas dispone, a un lado, de mesas y sillas diminutas pero perfectas para los más peques.

Al otro lado, los mayores disponen de una mesa redonda con sillas más apropiadas a su tamaño.

Justo en el centro, hay una estantería muy cómoda, a la altura de los chiquitines para que puedan coger los libros ellos mismos, e incluso pueden sentarse si les apetece. porque el mueble simula un banco.

Ya al fondo hay mesas alargadas para hacer cómodamente los deberes, por ejemplo. Y a los lados, el aula dispone de estanterías con libros ordenados por edades.

Pero me han encantado estos dos rincones. ¿No me digáis que aquí no apetece sentarse a leer?

¿Y qué me decís de esta pizarra en la que garabatear a gusto?

Como veis nos ha encantado el sitio. Que sepáis que es municipal y cuesta 0 euros. Está abierto de lunes a viernes en horario de mañana y tarde, y los sábados por la mañana.

Y por cierto, a partir de los tres años les hacen su propio carné. Si es menor de esa edad se puede extraer libros con la tarjeta de socio de los padres.

Y para finalizar os dejo con un documento que guardo con mucho cariño. De cuando las fotos se grapaban y las tarjetas aún no eran de plástico ... Mi primer carné de biblioteca... Entonces era un lugar más lúbubre. Pero ahí pasé buenos ratos ... Espero que mi hija también lo haga!